Españoles vuelven a las urnas el próximo domingo, claves para entender comicios español

EFE/Rafael Cañas
Madrid

Los españoles están llamados a la urnas el próximo domingo en las cuartas elecciones generales en cuatro años, después de que las celebradas el pasado 28 de abril no arrojaron una mayoría suficiente y que los partidos políticos fueron incapaces de cerrar acuerdos de Gobierno.

Estas serán las principales claves de la jornada:

1.- PARTICIPACIÓN

Ante la persistencia del bloqueo político, muchos ciudadanos se muestran cansados de la incapacidad de líderes y partidos políticos para alcanzar pactos y lograr un Gobierno estable.

En las elecciones de abril pasado hubo una participación del 75,75 %, la más elevada en muchos años, y para los comicios del domingo las encuestas apuntan a una mayor abstención y muchos indecisos.

Normalmente en España la mayor participación favorece a la izquierda y a la inversa. Por ello, el nivel de abstención puede ser clave en los resultados.

2.- CATALUÑA

La protesta independentista en Cataluña y la amenaza de grupos radicales de boicotear los centros de voto en esa región planean sobre la jornada electoral del domingo.

Las encuestas apuntan a que en esa región podría haber más diputados independentistas que nunca, incluso del grupo antisistema CUP, que entraría por primera vez en el Congreso. Hasta 25 diputados de un total de 350 podrían ser independentistas catalanes, lo que complicaría aún más la formación de una mayoría de gobierno a nivel estatal.

Pero los sondeos señalan que la mayor visibilidad del independentismo violento catalán puede favorecer también al partido ultraderechista Vox en el resto de España.

3.- PEDRO SÁNCHEZ CONTRA EL BLOQUEO

El presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, ganó en abril (123 diputados sobre 350), pero no obtuvo apoyos parlamentarios para revalidar su permanencia en el poder.

Las encuestas apuntan a que el Partido Socialista (PSOE) podría volver a ganar, pero sin lograr mejorías respecto a abril, de forma que el bloqueo político podría continuar.

Sánchez ha basado su campaña en que el PSOE es el único partido que puede ganar y por tanto debe recibir apoyos de los votantes y las otras formaciones para salir del atasco. Si no convence a muchos más electores, el bloqueo puede persistir.

Entre los otros grandes partidos tampoco se han avanzado fórmulas o compromisos para buscar una salida al callejón en el que se ha metido la política española.

4.- RALENTIZACIÓN ECONÓMICA

El contexto de estas elecciones es diferente de las de abril no solo por la violencia en Cataluña sino también por la ralentización económica.

Aunque España sigue teniendo un crecimiento económico superior al de la zona euro, todos los indicadores apuntan a una ralentización y las cifras divulgadas esta semana: enfriamiento del empleo y reducción por la Comisión Europea de la previsión del crecimiento del PIB (cuatro décimas menos, hasta el 1,9 %) resaltan esa idea.

Los analistas económicos coinciden en que el riesgo de una recesión grave es muy bajo o casi nulo, pero siguen sin sanar muchas de las heridas sociales que dejó la grave crisis que comenzó en 2008.

5.- POSIBLE ASCENSO DE LA ULTRADERECHA, DIVISIÓN DE LA IZQUIERDA

La gran mayoría de las encuestas apunta a un hundimiento de los liberales de Ciudadanos (C’s) y que muchos de sus escaños pasarían a pasar al ultraderechista Vox, que subiría en votos y escaños gracias a cuestiones como el independentismo en Cataluña.

Esta subida podría catapultar a Vox como el tercer partido con más diputados. Sería algo inédito en la vida política española.

En la izquierda, los socialistas del PSOE y la coalición izquierdista Unidos Podemos (UP) podrían sufrir descensos, debido en parte por la decepción por no haber logrado un pacto y por la aparición de Más País, una escisión de descontentos de UP. Está por ver si esta división es perjudicial para la izquierda o puede recoger indecisos.

En ambos casos, entra en juego el peculiar sistema electoral español, que premia a los grandes partidos a nivel nacional pero también favorece a las provincias menos pobladas frente a las más populosas, lo que suele beneficiar a los partidos de derecha.

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